Cómo conservar mermeladas caseras

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Hacer mermelada casera siempre es una buena opción para aprovechar nuestras frutas y de paso tener un alimento rico y nutritivo. Por eso es importante que al almacenarlas te preocupes de que los frascos estén correctamente esterilizados, sin abolladuras o fracturas y con tapas que cierren correctamente. La mejor forma de saber si una tapa cierra bien es llenar el frasco de agua, cerrarlo y ponerlo de costado. Si pierde contenido, esa tapa no nos servirá y habrá que cambiarla.

Además de esterilizados, los tarros deben permanecer limpios y secos en todo momento.

Hoy te enseñaremos cómo conservar la mermelada artesanal con métodos fáciles y sencillos. ¿Nos acompañas?

Baño María:

  • Rellena el frasco hasta el borde con tu mermelada recién hecha.

  • En una olla profunda, pon un paño de cocina en el fondo para separar tarros del recipiente y vierte agua. Preocúpate de que no cubra las tapas.

  • Pon al fuego para que comience a calentarse. Empieza por fuego lento unos minutos y sube poco a poco la temperatura.

  • El tiempo variará según el tamaño de los potes de mermelada, pero con un par de horas para los más grandes debería ser suficiente.

  • Una vez apagado el fuego, deja que vayan enfriando y colócalos en un lugar seco.

  • Comprueba que estén bien sellados para que la conservación sea óptima y guárdalos en un lugar oscuro y fresco.

Al vacío:

  • Deposita la mermelada caliente en los frascos bien secos y previamente esterilizados. Puedes usar con un embudo de boca ancha y rellena hasta casi el borde.

  • Cierra herméticamente las tapas y pon los frascos boca abajo hasta que se enfríen.

  • Las conservas a las que se les ha efectuado el vacío de esta forma, es mejor conservarlas en frío que a temperatura ambiente.

Pasteurizadas:

  • Una vez que tenemos nuestros frascos cerrados herméticamente, los introducimos de pie, en una olla con agua fría, que los cubra de unos 3 a 4 centímetros por encima.

  • Pon a hervir el agua. Te recomendamos poner paños en la base y laterales que los separen entre sí, para que no se golpeen.

  • Desde que comienza el primer hervor, espera de unos 20 a 30 minutos, luego sácalos y sécalos bien. No olvides guardar en un lugar seco.

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