Cómo deshidratar tomates sin deshidratador

Éste es un recurso sencillo y muy práctico para aprovechar al máximo tus tomates, sobre todo para alargar su vida útil y disfrutar de sus antioxidantes, vitaminas y minerales en cualquier época del año. Pon atención a este truco para deshidratarlos utilizando tu horno.

  • Lávalos con agua fría y sécalos bien con un paño. 

  • Córtalos. Si usas tomates grandes, conviene hacerlo en cuartos. Quita las semillas para que la deshidratación sea más rápida.  

  • Agrega sal fina sobre los trozos de tomate y procura sazonar todas las caras del fruto. También puedes añadir romero, tomillo, orégano o albahaca. 

  • Coloca los tomates sobre una rejilla, ya que esto permitirá la circulación de aire en todas las direcciones, también desde abajo. Pon los trozos con cierta separación entre ellos y apóyalos sobre la piel. 

  • Precalienta el horno hasta alcanzar una temperatura entre 50 ºC y 60 ºC. Una vez que esté caliente, introduce la rejilla con los tomates condimentados. 

  • El tiempo de secado dependerá del tamaño y la cantidad de tomates que utilices. En cualquier caso, no es un proceso inmediato: puede tardar entre 4 y 10 horas. Sabrás que están listos cuando su color se oscurezca de manera notable, su textura se endurezca y dejen de estar pegajosos. 

  • Cuando ya tengas los tomates deshidratados, puedes usarlos en el momento o conservarlos en recipientes de vidrio, con aceite de oliva virgen, en el refrigerador y ¡voilá! A disfrutar de este maravilloso fruto cuando quieras.  

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