En el caso de la carne, una adecuada gestión de la temperatura y el tiempo son claves, ya que es un alimento muy susceptible a la contaminación bacteriana. También, es muy importante que la compra se haga en lugares especializados.
Te invitamos a informarte sobre algunas consideraciones que debes tener en cuenta al momento de adquirir este alimento:
Mantener en ambiente frío. Te recomendamos ir directo a casa una vez hecha la compra. Idealmente, traslada la carne con algún contenedor que ayude a mantener el frío durante el trayecto, como bolsas térmicas o cooler con barras congeladas.
Ojo con la fecha de vencimiento. Fíjate siempre en la fecha de vencimiento. Las carnes al vacío duran, según su procedencia, entre 90 a 120 días desde producción, por lo que, si no la consumes inmediatamente, asegúrate de contar con los días suficientes para hacerlo.
Duración: Dentro y afuera del refrigerador. En el refrigerador la carne dura de 1 a 2 días y afuera no más de 2 horas. También es importante considerar que la carne congelada debe cocinarse dentro de las 12 horas desde su descongelamiento.
Almacenamiento. Se recomienda guardar en la bandeja inferior del refrigerador en un recipiente limpio y cerrado herméticamente.
Congelamiento y descongelamiento. Si vas a congelar para guardar, esto se debe hacer lo más rápido posible. Por el contrario, si vas a descongelar la carne para su consumo, hazlo con al menos un día de anticipación. La carne debe descongelarse en el refrigerador y se saca de ahí solo antes de ser preparada. Si compras productos originalmente congelados, idealmente no vuelvas a congelar.
Contaminación cruzada. Procura que los utensilios y superficies que tuvieron contacto con la carne cruda no sean utilizados para manipular otro tipo de alimentos. En caso de que decidas utilizar los mismos, haz una limpieza profunda con desinfectante.