Tiene su origen hace más de 500 años y representa la unión de tradiciones de la cultura prehispánica con la católica donde se celebra el retorno transitorio a la Tierra de los familiares y seres queridos fallecidos, quienes cruzan el Mictlán (inframundo en la mitología mexicana) para regresar al mundo de los vivos.
De acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos chiquitos” o niños, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir a los adultos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró en 2008 esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia y significado social y cultural.
Ahora que ya conoces un poco más sobre la historia y los orígenes de esta fecha, te presentamos algunas preparaciones típicas para que te animes a recrear.