Mezclas peligrosas: Lo que debes evitar al desinfectar tu hogar

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Con la llegada del coronavirus, hemos sido testigos de cómo han resurgido con fuerza diferentes técnicas de limpieza y desinfección en donde podemos ver mezclas que prometen mejorar el rendimiento de los productos. Estas “fórmulas mágicas” están acaparando las miradas de todo el mundo, y ¿cómo no? si la rigurosidad en la desinfección es una de las principales armas para protegernos del contagio. 

Sin embargo, esto puede resultar ser muy peligroso y provocar efectos no deseados. La mezcla de productos es una mala idea, no sólo porque puede inactivar el efecto del desinfectante o limpiador, sino también porque puede resultar tóxica y provocar serios problemas de salud como: irritación en las vías respiratorias, quemaduras y dolor de cabeza, entre otras.

A continuación, te presentamos algunas de las mezclas más comunes y sus efectos adversos:

Ojo:

  1. Cloro y alcohol en gel. Esta mezcla produce cloroformo y ácido clorhídrico, ambos químicos altamente tóxicos. Si no hay ventilación, el vapor puede provocar somnolencia, dolor de cabeza, daños en ojos, piel y pulmones; en casos extremos puede provocar pérdida de conciencia. Además, no tiene sentido mezclarlos, porque ambos actúan por sí solos.

  2. Cloro y amoníaco. Al mezclarlos se produce un gas tóxico llamado cloramina que dificulta la respiración hasta el punto de sentir dolor en el pecho e irritación en los ojos.

  3. Cloro y vinagre. La unión de ambos compuestos produce un gas de cloro que puede provocar tos, problemas para respirar, quemaduras, enrojecimiento en los ojos y en la piel.

  4. Vinagre y agua oxigenada. Se genera el ácido peroxiacético y puede ser enormemente corrosivo y peligroso, pues destruye superficies, madera, guantes, inclusive la piel. También puede afectar el sistema respiratorio y los ojos. La exposición a largo plazo puede causar daño permanente en los pulmones.

 Recomendaciones

  • Deja los productos en sus envases originales.

  • Fíjate en las etiquetas. 

  • Sigue las instrucciones del fabricante.

  • Evita usar productos muy irritantes como el amoniaco.

  • No olvides diluir con agua aquellos productos que lo requieren como el cloro y el amoniaco.

  • Guarda tus productos de limpieza en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños.

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