Pásala varias veces bajo la llave de agua fría y, una vez que te asegures de que no desprende espuma, intenta eliminar el máximo de agua posible sin escurrirla fuertemente.
Te recomendamos tender la prenda delicada todavía húmeda y colocar un recipiente debajo para el agua que gotee. Del mismo modo, será mejor que la cuelgues al aire libre, pero a la sombra para que el sol no la dañe.