Todo sobre la cocina Cero Desperdicios

 

¿Qué haces con los tallos, hojas o alimentos “feos” al momento de cocinar? Probablemente tu respuesta inmediata sea: tirarlos a la basura. Sin embargo, esto tiene importantes consecuencias para el medioambiente, debido al desperdicio de recursos en la elaboración de dichos alimentos y por las emisiones de CO2 de éstos al convertirse en desperdicios. 

Para hacer frente a esto nace una la cocina Cero Desperdicio o Zero Waste que se basa en hacer una utilización responsable de los alimentos, utilizando partes que usualmente se desechan como: tallos, hojas o frutas y verduras que tienen un aspecto menos atractivo (pero que no por eso, son menos deliciosos)

A continuación, te invitamos a conocer todo sobre la denominada Cocina Cero Desperdicios o Cocina Zero Waste de la mano de la educadora socioambiental y fundadora de la plataforma “Lo que más puedo”, Francisca Amenábar ¡Sigue leyendo y entérate de los detalles!

 

¿De qué se trata esta tendencia gastronómica?

Es una manera de abordar la crisis socioambiental desde la alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación FAO calcula que se desperdicia más de un tercio de lo que se produce a nivel mundial, sin embargo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) menciona que, en todo el mundo, un 40% de los alimentos que producimos va a la basura. Estas cifras que no pueden continuar y como sociedad debemos hacernos corresponsables de este problema evitando el desperdicio de alimentos y su impacto a nivel social, económico y ambiental.

¿Qué partes de los alimentos son las menos utilizadas? ¿De qué forma se pueden cocinar?

Tallos y hojas se suelen desaprovechar y la mayoría se pueden consumir crudos, cocidos, salteados, en guisos, sopas, tortillas y en un sinfín de preparaciones. En cuanto a partes de alimentos de origen animal, se suelen desperdiciar los huesos, interiores o cabezas de pescado que se pueden usar para preparar fondos o consomés y tantas recetas que se hacían hasta hace solo un par de generaciones atrás.

Tanto los tallos de brócoli como de coliflor (me refiero al más grueso no al que está inmediatamente junto a la cabeza de estas hortalizas) se pueden pelar (porque su exterior es más fibroso) y la parte interior se puede rallar para ensaladas y también para espesar sopas o cremas. Las hojas de betarraga, por otra parte, se pueden usar en tortillas y guisos, pero mi forma favorita es mezclarlas con un poco de otras hojas verdes y hacer una rica ensalada. También, las hojas de zanahoria casi no se consideran, sin embargo un pesto elaborado con ellas queda espectacular.

¿De qué forma esta tendencia aporta al planeta y cuáles son sus beneficios?

Desde 1970 estamos sobregirados a nivel planetario, es decir, como humanidad estamos consumiendo más (terreno, agua, energía, etc.) de lo que la tierra puede regenerar en un año (Global Footprint Network). Entre las acciones que podemos hacer para disminuir el nivel de presión que estamos ejerciendo sobre la Tierra está cambiar la forma de alimentarnos y todo lo que implica: dónde y cómo comprar, qué comer, cómo preparar los alimentos, qué hacer con las sobras o partes comestibles que habitualmente no aprovechamos. 

Esto ayudaría socialmente a evitar la inseguridad alimentaria que va en crecimiento, ambientalmente evitaríamos sobre explotar los recursos naturales para alimentar a más de 7.500 millones de personas y ayudaría a generar menor cantidad de metano (gas que se libera cuando los residuos orgánicos van a relleno sanitario). Económicamente, evitamos el alza constante en el precio de los alimentos, aprovechando además de cuidar el bolsillo propio cuando aprovechamos tallos y hojas.

 

Te invitamos a mirar nuestros recetarios de Cocina Cero Desperdicio y ayudar a combatir el desperdicio de alimentos

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