Alimentos para nutrir tu cerebro
Según el psiquiatra, autor de diversos libros sobre alimentación y profesor de la Universidad de Columbia, Drew Ramsey, alrededor del 20% de todo lo que comemos va hacia nuestro cerebro. Y, si bien éste ha evolucionado para comer casi cualquier cosa a fin de sobrevivir, se ha estudiado que hay maneras de alimentarlo para mejorar la salud mental y también física.
¡Prueba con estos alimentos y mejora la salud de tu cerebro!
Vegetales de hojas verdes
Son la base de una dieta para la salud del cerebro, ya que poseen una alta proporción de nutrientes en relación con sus calorías. El repollo, las espinacas, la rúcula, remolachas y acelgas son grandes fuentes de fibra, folato y vitaminas C y A. Si no te gustan las ensaladas, puedes hacer sopas o cremas, estofados, saltearlas, incorporarlas a batidos, o convertirlas en pesto, por ejemplo. Se recomienda, además, añadir una pequeña ración de algas si es posible a tu plato una vez a la semana como fuente de yodo, fibra, zinc y fitonutrientes adicionales.
Frutas y verduras coloridas
Cuanto más color tenga tu plato, mejor será la comida para tu cerebro. Los estudios sugieren que los compuestos de las frutas y verduras de colores vivos, como los pimientos rojos, los arándanos, el brócoli y las berenjenas, ayudan a combatir la inflamación y mejorar la memoria, el sueño y el estado de ánimo.
Mariscos
Sardinas, ostras, mejillones y salmón son fuentes de ácidos grasos omega 3, esenciales para la salud del cerebro. Los mariscos también son una buena fuente de vitamina B12, selenio, hierro, zinc y proteínas. Si no comes pescado, las semillas de chía o las “verduras de mar” (algas) también contienen altos niveles de omega 3.
Nueces, semillas y legumbres
La recomendación es ingerir entre media y una taza entera de legumbres, frutos secos y semillas al día. Los frutos secos y las semillas, como las almendras, nueces y semillas de calabaza son un buen tentempié, pero también pueden añadirse a los platos salteados o a ensaladas. Por otra parte, los porotos negros y rojos, lentejas y las legumbres en general también pueden consumirse diferentes formatos: puedes añadirlos a ensaladas o estofados, hacerlos como sopa o disfrutarlos como comida o guarnición. Las mantequillas de frutos secos también cuentan.