Kéfir: Origen y beneficios
El kéfir, popularmente como “yogurt de pajaritos”, es una bebida fermentada, que tiene un sinfín de beneficios. Es originario del este de Europa y suroeste de Asia. Su nombre procede de la palabra turca keyif, que significa “sentirse bien” después de comer. Los granos del kéfir están formados por cultivos de levadura y bacterias lácticas. Al añadir estos granos a la leche de vaca o de cabra, los microorganismos actúan fermentando los azúcares de la leche. El tiempo estimado de fermentación es de 24 horas. Una vez finalizado el proceso, es posible retirar los granos de kéfir para usarlos de nuevo y obtener más de esta bebida.
Conoce algunos beneficios:
Ayuda a combatir la osteoporosis y aporta a la salud ósea. El kéfir elaborado con leche rica en grasa es una fuente excelente de calcio y vitamina K2, ambos nutrientes esenciales para la salud de nuestros huesos.
Ayuda a combatir infecciones bacterianas. Gracias a su elevado y amplio contenido de probióticos.
Es beneficioso para las personas con intolerancia a la lactosa. Contiene bacterias que convierten la lactosa en ácido láctico. Además, también contienen enzimas que contribuyen a la descomposición de la lactosa.
Mejora cuadros alérgicos. Las reacciones alérgicas son provocadas por las respuestas inflamatorias que se producen contra sustancias inofensivas del medioambiente. El Kéfir elimina esas respuestas mejorando síntomas como alergia y asma.
Fortalece el sistema inmunológico. Las vitaminas y minerales presentes en el kéfir son favorables para fortalecer el sistema inmunológico y expulsar las toxinas del organismo
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